La música de Anastasia Coope emana de un lugar más allá del mundo material, evocando un vacío o un recuerdo lejano con una sensación envolvente y espectral. Su álbum debut, “Darning Woman”, combina una instrumentación folk mínima y extraña, similar a canciones de cuna, liderada por su voz expresiva y estratificada. Su voz, emotiva y oscilante, es el núcleo del álbum, construyendo coros de sí misma.
La composición de Coope se basa en la intuición y la estética, más que en la narrativa lírica, evocando movimiento con mantras improvisados. La palabra “mujer” aparece repetidamente en los títulos, representando inconscientemente una mezcla de maternidad, tareas domésticas y la idea de una musa o ícono.
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