ENTREVISTAS

Marcos Rubio

Marcos Rubio

Marcos Rubio (Aspe/Alicante, 1968) es licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Valencia  y grado en Sociología por la UNED, y desde hace  veinticinco años ejerce de  profesor de Ciencias Sociales en secundaria. Sus primeros pasos en el ámbito cultural ¨underground¨ los dio en los  dos mil a través de la revista cultural Mono, y ha  publicado colaboraciones en catálogos, libros de arte y publicaciones musicales especializadas como la edición impresa de ¡Mussica!  y la edición digital de Beat Valencia. Melómano entusiasta, dirige y coordina el popgrama  La Línea del Cielo (Radio Godella y  emisoras de la XEMV), un exquisito tratado para almas frágiles donde semanalmente da voz a algunos de los mejores grupos nacionales e internacionales del presente y del pasado, cuyo denominador común son las guitarras salpimentadas, ocasionalmente, con algún toque de electrónica. Y digo algunos, porque todos no caben en ese fugaz suspiro de apenas 60′ a través de los cuales Marcos nos consigue recordar que a pesar de nuestro infinito sufrimiento tan sólo somos, si acaso, medio personas

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«Yo confío en que, al exhibir mi pasión por la música, los libros, el conocimiento, el arte, esta termine  calando en alguno de mis alumnas y alumnos.  Alguna vez  ocurre y es impagable.»

Radio Cultura Underground

Empecemos, si te parece, por situarnos en el horizonte por cuyo cielo surca la línea de ese alambicado pop por el que tu programa transita cada Martes a las 17h en Burjassot Rádio.

Así fue desde el 2013  hasta que llegó la pandemia y Burjassot Radio dejó de estar operativa. Nos  ofrecieron seguir haciendo el programa en Radio Godella, que también pertenece a la Xarxa (XEMV)  y allí estamos ya dos años muy agusto. Desde entonces realizamos el programa los miércoles. El hecho de pertenecer a esa  red de emisoras locales nos permiten sonar en algunas ciudades más . La Xarxa comparte programas y las distintas emisoras  los pueden emitir si así lo desean. Nos encanta aparecer en otras frecuencias  como La Veu d’Ondara, Radio Bétera o Ràdop l’Om  de Picassent  porque nuestro objetivo es conquistar el mundo.

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 ¿Eliges tú las canciones, o las canciones te eligen a tí?

Generalmente  hay una idea previa para arrancar, pero siempre termina siendo otra cosa, una canción te lleva a otra. En numerosas ocasiones son ellas las que se hacen con el control de la situación y terminan creando un programa inesperado. A veces llego con cinco o seis canciones más de las necesarias y es durante el programa que vamos reorganizando con nuestro productor Jordi  una hora de radio que no imaginábamos previamente.

Marcos Rubio

Morrisey, The Ordinary Boys, Lemon Twigs, Hig Llamas… En tu programa dedicas un importante espacio a la actualidad pero sin perder de vista el pasado. ¿Hasta qué punto te preocupa perderte algo del presente en un contexto en el que la oferta tanto física como en streaming resulta ciertamente inabarcable? ¿ Temes estar perdiéndote algo?

Soy consciente de que me pierdo casi todo. El presente es inabarcable y tengo enormes lagunas en lo referente a grupos y propuestas fundamentales de la historia de la música.  Asumo que me he de orientar con esas limitaciones. No hay voluntad de nada, si acaso de  intentar relacionar unas canciones con otras para crear un relato que nos explique un poco lo que ocurre, lo que sentimos y cómo hemos llegado hasta aquí. Al final se trata de compartir canciones chulas y explicar un poco por qué las hemos elegido.

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A lo largo de su obra, el filósofo y crítico musical Mark Fisher recupera el concepto ya introducido por Derrida ¨hauntología¨ para sostener que todo lo que existe es posible sobre la base de una serie de ausencias, que lo preceden,  lo rodean y le dotan de consistencia e inteligibilidad. Concretamente, en Los fantasmas de mi vida (Ed. Caja Negra) llega a plantear que los nuevos hábitos de consumo, caracterizados por la búsqueda de lo inmediato, dificultan la consolidación de modelos originales con posibilidad de permear en la sociedad. Según Fisher, dentro del universo Pop las últimas aportaciones de novedad se dieron a finales de los ´90 con el triphop de Portieshead o Massive Attack, y desde entonces habríamos entrado en un bucle en el que ya todo suena a algo anteriormente hecho.

¿Compartes este punto de vista, o albergas alguna dosis de optimismo que te permita confiar en que todavía queden cosas por hacer?

 Comparto con Mark Fisher muchos de sus análisis y planteamientos y entiendo esa sensación de estancamiento que se agudizó en  la primera década del siglo. La revolución tecnológica puso  toda la historia de la música a nuestro alcance, dinamitó las cronologías, disparó el reciclaje y la retromanía se acentuó  junto a una  la hiper-oferta  que  siempre puede resultar paralizante y conservadora en la búsqueda de productos similares para el consumo mainstream. Sin embargo, la   innovación  tecnológica y la saludable llegada de  nuevas generaciones  son fenómenos disruptivos que siempre provocan fracturas y cambios por donde se filtran nuevas realidades. Por supuesto que con unas te puedes entender mejor que con otras. No  hace falta apuntarse a todas  las batallas.

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Viajemos en el tiempo. ¿A qué edad comenzaste a transitar entre los sonidos que todavía hoy te acompañan, y a quién debes la iniciación a ese mundo de llantos, ruido y furia? ¿ Que grupos fueron los que te hicieron creer que un futuro mejor era posible?

Debió ser con catorce o quince años  cuando inauguramos la época de los descubrimientos. Golpes Bajos, La Mode, Radio Futura, La Granja, Nacha Pop,  La Dama Se Esconde,  y claro  The Smiths, The Housemartins, The Cure, LLoyd Cole… más tarde llegó  Creation Records, Surfin Bichos, Aventuras de Kirlian, Los Flechazos, La Granja, El Pecho de Andy,   Factory, el Madchester Sound. Algunos programas de radio, Rockdeluxe, un par de bares  que lo fueron todo y  nuestras fantasias para imaginar  lo que no podíamos escuchar. Si vives en un pueblo y naces en una familia con  unos padres que empezaron en la fábrica a trabajar con nueve años,  la música y la literatura aparecen como herramientas para asomarte a otras vidas, reforzar la autoestima y acumular  capital cultural. Detrás de ese elitismo del indie de los ochenta se escondían vías de emancipación social y de reafirmación personal. Creo que en esto si coincido con la lectura que Mark Fisher hizo del movimiento modernista. Esa es la visión política y emancipatoria que me interesa del  snobismo intrínseco de muchas subculturas pop.

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¨Pop will make us free¨ pudo ser uno de los lemas que vistió de romántica ingenuidad a toda una generación que ahora, ya mayores, nos descubrimos presos de la misma irreductible realidad que pudo caracterizar a nuestros mayores, sólo que en nuestros días el  antaño asequible acceso a la vivienda se ha convertido en toda una quimera. ¿Crees que la actualidad musical representa un discurso válido para recoger el actual estado de las cosas?¿Confías en el arte como medio para cambiar las cosas?’

No tengo ninguna duda; La música sigue apelando a tu yo más íntimo y es un buen lugar para entender el mundo. Desde la creación musical también se pueden proponer modelos alternativos a este capitalismo descarnado. Hay estribillos y melodías que nos han hecho mejores personas.  Hay maneras de estar en la música  que son una vía  alternativa al modelo egoísta  que impone el capitalismo. Como creo que hay aspectos de  lo personal que también son políticos, no me cuesta reconocer que  mi frágil conciencia social se ha forjado escuchando canciones pop.

Marcos Rubio

Háblanos un poco de ¨La Línea del Cielo¨. ¿Cómo surge, en qué momento, y en quién puedes reconocer que se inspira?

Me encanta la radio, me gusta escucharla y me  parece una oportunidad increíble  poder compartir canciones que me gustan y contar por qué las hemos elegido. A finales de los ochenta tuve la oportunidad de hacer un programa  en Radio Aspe. Allí descubrí que me encantaba.  Mucho tiempo después, en 2013,  se volvió a presentar la posibilidad junto a  una antigua alumna, Belén del Tobar, que había estudiado  comunicación audiovisual  y que hacía un programa de cine en  Burjassot Radio . Preparamos un proyecto, se aceptó y arrancamos con el programa. Estuvimos juntos un montón de años y lo disfrutamos mucho. Nuestros  referentes fueron  siempre esas voces con mucha personalidad, periodistas únicos o especialistas   con un criterio inconfundible  como  Jorge Albi, Carlos Llamas, Steve Lamacq, Rafel Abitbol… No me da rubor reconocer que los sigo intentando imitar pero como no me acerco ni de lejos termino siendo yo hablando como creo que se debería hablar en la radio.

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De tu programa me gusta especialmente el aroma ¨amateur¨ que evoca. Tanto la selección de las canciones que allí suenan como el lenguaje y actitud que adoptas permiten al oyente percibir las maneras de alguien que comunica desde el corazón, lejos de la soberbia academicista empleada por otros locutores cuyos programas terminan siendo prolongaciones de sus infinitos egos, tu proximidad se percibe más como virtud que como limitación. ¿Conduce la profesionalización de una vocación a la muerte de la misma? ¿Te verías viviendo de hacer radio?

No se que decir, seguro que eso no va ocurrir. Ojalá muchos  periodistas más pudieran vivir bien y  tener un sueldo justo  por   hacer radio o  prensa musical desde la  pasión y los conocimientos. Nosotros somos otra cosa, tan solo  combatimos a los  algoritmos con nuestro  entusiasmo pero no aspiramos a mucho más. Nos faltan conocimientos y nos sobra descaro por eso estamos en esto. Lo que voy a decir ahora está exento de ironía,  creo que  los  periodistas y  los expertos son más necesarios que nunca  en un mundo anegado de estímulos e información. La crisis de los medios de comunicación tradicionales fue una catástrofe  y esa sensación de desconfianza frente a los expertos también ha contribuido al ascenso de las teorías conspiranoicas y ha abonado  a este ambiente polarizado y  mentiroso del todos son iguales. Ojalá dieran con formas de negocio para reformular y hacer sostenibles  los medios de comunicación rigurosos. Los considero esenciales para la democracia. Periodistas y aficionados somos cosas distintas aunque la tecnología nos haya permitido compartir y competir en determinados espacios. El trabajo de ambos es interesante pero nosotros estamos en esto para disfrutar y el periodista también tiene la obligación de informar con rigor y proporcionarnos las claves para entender el mundo y que podemos formarnos nuestro pensamiento crítico. En España hay periodistas muy solventes y en la crítica musical y el periodismo cultural también.  De  hecho, en la ciudad de Valencia tenemos mucha suerte en este aspecto, contamos con  algunas firmas de referencia que conviene leer siempre.

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Utilizó el sociólogo Z. Bauman (en paz descanse) el concepto ¨modernidad líquida¨ para hacer alusión a un actual estado social en el que las realidades sólidas sobre las que nuestros ancestros habían edificado sus vidas (trabajo, familia, matrimonio vitalicio…) han comenzado a desintegrarse, dando lugar a un mundo más precario, provisional y evanescente, donde la continua búsqueda de nuevos estímulos conducen al agotamiento existencial y a la cronificación del ansia como estado de ánimo natural. Las nuevas formas de comunicación de los jóvenes, y no tan jóvenes, con unos referentes fijados en ¨redes¨ (tik-tok, instagram) evidencian ese triunfo de lo efímero del que advertía Bauman, donde el algoritmo termina dibujando escenarios de caducidad prematura y obsolescencia programada que impiden que muchas propuestas interesantes se lleguen a consolidar. En el ámbito musical, ¿no crees que la ¨democratización¨ que permite el acceso ilimitado a contenidos vía streaming ha terminado por devaluar la experiencia artística? ¿No te parece que el exceso de oferta ¨gratuito¨ conduce a un consumo menos meditado, más frugal, donde la  persecución  de lo nuevo agota al consumidor y sepulta la obra bajo miriadas de novedades que compiten entre sí por conquistar su atención ? ¿Hasta qué punto vivimos líquidos, y mójate un poco, cancelados…?

¿Tenerlo todo al alcance de un click podría acabar con el misterio? ¿El acceso ilimitado nos conducirá al tedio infinito? Byung-Chul Han te diría que la máxima accesibilidad como la pornografía termina arrasando el erotismo y el misterio. Pero tampoco creo que debamos ponernos apocalípticos. El hecho de tener Spotify o Youtube , como antes los programas P2P, no te obliga a ahogarte en canciones o a perder el interés. Si se me permite una analogía con las dinámicas del antropoceno y las consecuencias de inyectar CO2 en la atmósfera creo que muchas de las realidades que ya nos definen se van a acentuar de manera intensa. De esta forma, los productos de dimensiones globales tipo Taylor Swift serán más hiper, más frecuentes y su peso rebasará su hábitat natural para tener influencia directa en la cultura, en la política y en la sociedad. Por otra parte, las subculturas del pop incrementarán los procesos de fracking y subdivisión alentados por la IA, las nuevas tecnologías de la información y la creatividad. Como ya pasó con la música electrónica, las micro-escenas se irán ramificando para encontrar su lugar y su público. En paralelo otros creadores apostarán por continuar con los tradiciones y linajes del pop sin renunciar a resignificarlos para hacerlos más contemporáneos. Creo, además, que el reciclaje, como el tardeo, cada vez será más demandado por un público cansado de largas jornadas de trabajo y de incertidumbres, ya estamos tardando en tener nuestro festival de bandas tributo. Por último, el boom del vinilo nos sugiere una necesidad creciente de cosas sólidas a las que aferrarse. ¿Se pondrá de moda la experiencia de ver películas en el cine entre los post-centennials? En otro orden de cosas, el shock de la Covid nos advirtió de que cada vez serán más frecuentes los virus, también los sonoros, que se escapan de sus reservorios para contaminar productos mainstream. En paralelo, las mega-producciones incrementarán su influencia, por acción o reacción, en muchas pequeñas propuestas de esas constelaciones fronterizas. La bastardización e hibridación nos van a deparar propuestas fascinantes. Me preguntas por la cancelación en tiempos de polarización extrema, leyes mordaza que no se acaban de derogar y todo lo vivido con el me too. Es obvio que el consumidor compra lo que le da la gana y, si un tipo te parece odioso, pues que lo consuma su padre. Eso es diferente a la condena moral organizada desde el Estado, las corporaciones o otras instituciones. No me gustan las campañas de censura ni con la gente cercana ni con la lejanísima a mi ideológicamente. La ley hay que cumplirla y más en tiempos de fake-news, pero hará falta un cierto consenso que no mutile la libertad de expresión, de creación y de subversión. Ya veremos cómo se solventan estás tensiones contrapuestas, espero que con más democracia y no con más restricciones. Me siento adulto para elegir qué consumo y qué no;  no necesito que lo decidan otros por mi bien…

Marcos Rubio

Me consta que eres un melómano comprometido con los directos. ¿Qué grupos destacarías de los que has visto últimamente, y cuales te gustaría ver ? Respecto a tu programa, ¿las músicas que no suenan no lo hacen por error, o por omisión?

Me gustó mucho Jota en la Rambleta, todo el proyecto superó mis expectativas. Lo pasé muy bien con Bryan Estepa y con Jackie Mendez. Mourn estuvieron muy bien, también The Lovely Basement en el Cex, el concierto de Luna en la Rambleta. Encontré muy dignos a Teenage Fanclub en su última visita y he de reconocer que me emocioné mucho en la celebración de las canciones de la Big Star. La sensación previa al arranque de un concierto es impagable. Espero ver a  Robert Forster en unos días, a  The Smile otra vez este verano y en noviembre a Fontaines D.C.  Las canciones que no suenan es porque no tienen ningún motivo para sonar en nuestro programa, Pero seguro que hay espacios con más audiencias donde sonarán  mejor. Es una tontería pero no me siento honesto si , por compromiso o cualquier otra razón, terminó programando canciones que no me gustan. Es una situación que me resulta incomoda y desagradable.

Marcos Rubio

Para terminar y conectando con tu labor docente, ¿ se puede educar en el ¨buen gusto musical¨? Atendiendo a la oferta cultural pública de nuestra Comunitat, ¿qué acciones consideras que podrían emprenderse para despertar el interés de los jóvenes por el consumo de determinados bienes culturales (literatura, música, arte…) que las tecnologías han relegado en muchos casos en sus vidas a presencias anecdóticas? ¿Falta amor, pedagogía… ambas?

Planteas un tema que es todo un universo enormemente complejo, esto daría para muchas entrevistas y para largos debates. Tendríamos que ponernos primero de acuerdo en los objetivos de la educación y después en muchísimas cosas más.  Yo confío en que al exhibir mi pasión por la música, los libros, el conocimiento, el arte, esta termine  calando en alguno de mis alumnas y alumnos.  Alguna vez  ocurre y es impagable…

líquido espacio de conspiración cultural
La línea del cielo

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